COLUMNA
25 de noviembre de 2023
DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Este 25 de noviembre, una vez más, nos detenemos, a reflexionar sobre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, y en ese marco, vamos a analizar los micromachismos, que tal como lo cita la investigadora Dora Barrancos, es: “Una desarticulación del lenguaje patriarcal y machista lleva a un pensar diferente”.
LA COLUMNA DE INES...
Pensarnos en la cotidianidad de la vida hogareña, del trabajo, de la asistencia a un gimnasio, de la participación en un sindicato, del caminar en la calle, etc., y rever viejas prácticas, esas que sutilmente han penetrado como normales en la forma que los géneros se relacionany, a partir de eso, se imponen opresiones. Éstas fueron designadas por el psicólogo italiano Luis Bonino Méndez como “violencia soterrada”.
“Suceden todo el tiempo los micromachismos, perjudican mucho, hace que no se cierre la herida, pero es una herida invisible, prácticamente; ellos, y ellas, y hasta elles, (porque hay mucha diversidad, en todo lo está mal), no advierten ese daño, por esto mismo de la rapidez, de la naturalización, de lo instalado que está. Ejemplos, hay cientos de millones, algunos todavía uno no los ha catalogado. El detalle de mi trabajo, donde que- si hay reunión-, te dejan los manteles llenos de miguitas, esperan que yo les sirva el café, o si hay doscompañeros, un jefe y una secretaria, las conversaciones de los hombres, tienden a mirarse entre sí, por más que sea un tema puntual que tenga que atender una mujer, suele pasar, más si ven a esa mujer como competencia. En la calle, por supuesto, todas las cosas que nos pasan a todas, que ya está muy hablado”testimonia R, una de las tantas mujeres que sufre micromachismos.
Esto sucede porque, tal como sostiene Bonino Méndez: “…son pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder cuasi normalizados, que los varones ejecutan permanentemente. Son hábiles artes de dominio…”
Es por ello, casi 60 años, otra mujer T, nos relata que: “Mi ex no me dejaba trabajar. Cuando salía algún lugar no me tenía que tardar y salíamos al centro no tenía que saludar a nadie. Nunca recibí amigas en mi casa porque a él no quería para no tener pelea, yo aceptaba. Sicológicamente, me manipulaba.”
Todes hemos crecido y , aun hoy asistimos a situaciones tales como: el color rosa para las nenas y el color celeste para los nenes, incluso en los delantales escolares; el concepto de un hombre bueno porque “me ayuda” en casa, en el restaurante la cuenta la paga él, profesiones que son de hombre y otras de mujeres, las de servicio (limpieza, por ejemplo) por lo general para la mujer, pero en el taller mecánico es invisible (como clienta o como mecánica); la madre es madre, pero si el varón cambia los pañales es un “padrazo”, la creencia que hombres y mujeres no pueden ser amigos (es necesario dejar de sexualizar o romantizar todo encuentro entre la mujer y el hombre), la no aceptación del lenguaje inclusivo, el regalo en sindicatos y trabajos de ajuares para las madres o luna de miel, la inexistencia de presentes para las y les que no cumplieron con ese mandato.
“Hay machismos en estos días, sí que hay, pero me parece que entre la gente joven ya no se ve” nos dice G.
Si bien, en estos días en nuestra ciudad y, en general, en todas las comunidades, se avanza con los temas anteriormente enumerados, con mujeres en conducción de ómnibus, mecánicas, por ejemplo, persisten como normales estas situaciones, es necesario identificarlas y luchar contra ellas.
Ines Brito
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