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PRODUCTIVAS

15 de enero de 2025

La pesca marplatense, en crisis por el dólar

La decisión del Consejo Federal Pesquero, impulsada por el ministro Federico Sturzenegger, detonó una serie de conflictos al interior de la cadena productiva.

La industria pesquera marplatense se encuentra en estado de alerta, tras el aumento de los Derechos Únicos de Extracción (DUE) aprobados un mes atrás por el pleno del Consejo Federal Pesquero, al que sólo se opusieron los representantes bonaerenses.

El acta 24, de comienzos de diciembre, impulsada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, sumada a los problemas de encarecimiento de insumos por la política cambiaria de dólar barato, terminó de desatar otra “tormenta perfecta” sectorial.

 

Los DUE que se pagan varían según la especie. En los casos de las más pescadas (merluza, calamar, langostino), los porcentajes se multiplicaron por diez o por quince, al pasar de 0,15 a 2 y a 3.

 

Frente a esta novedad, las cámaras que reúnen a las principales empresas presentaron un pedido de reunión al ministro, que no fue respondido. Ahora, en vez de manifestarse contra la medida, pretenden compensar la pérdida de rentabilidad con un congelamiento salarial.

La novedad cayó muy mal en los principales sindicatos de la actividad, el Sindicato de Conductores y Motoristas Navales (Siconara) que conduce Daniel Flores y el Sindicato Marítimo de Pescadores (Simape), encabezado por Pablo Trueba.

En este contexto, Siconara realizó días pasados una asamblea informativa en la que  se resolvió seguir trabajando, como muestra de buena voluntad, a la espera de soluciones. Pero el panorama dista de ser sencillo.

 

Si hace un año la férrea unidad de empresarios y trabajadores del sector movilizó a toda la ciudad, incluido el concejo deliberante, y forzó al gobierno nacional a retroceder cuando el texto original de la Ley de Bases planteaba la extranjerización lisa y llana, hoy el frente interno se ve bastante roto.

“Nosotros tenemos una responsabilidad cada vez mayor, porque las normativas que establece Prefectura son cada vez más exigentes. Somos responsables de la seguridad del buque y de las personas que se embarcan, de su mantenimiento. La respuesta debería ser la jerarquización, no la precarización”, apunta Flores.

A partir del aumento de los DUE, los empresarios empezaron a buscar en toda la cadena cómo compensar ese nuevo egreso, lo que genera nuevas tensiones y preanuncia más conflictos.

 

“Ahora hay barcos que salen de acá pero descargan en otros puertos y traen el pescado en camión hasta las plantas y cámaras frigoríficas. Con el cambio de reglas de juego, aparecieron una serie de cámaras ilegales, no declaradas, en Mar del Plata y los alrededores. La municipalidad debería controlar pero no lo hace”, agrega.

A su vez, Flores desconfía del llanto de los empresarios. “En un año pésimo para todos los sectores productivos, acá se siguieron armando buques, se siguió pescando y exportando. Si te estás fundiendo, convocame, sentate, mostrá los números. La solución no puede ser unilateral ni descargar el ajuste sobre los trabajadores”, reclama. 

Algunas de las opciones que se enumeran son la baja de cargas patronales, el pedido de un precio de combustible diferenciado. Sin embargo, los empresarios parecen más dispuestos a descargar el ajuste que a combatirlo o amortiguarlo.

 

Una hipótesis que sostienen varias fuentes es que, tras el aumento de los DUE, las empresas no quieren volver a sentarse con las autoridades nacionales, en parte por coincidencia ideológica con el gobierno que los maltrata, en parte porque temen volver de ese encuentro aún más esquilmados.

Como ocurre en otras cadenas, la pérdida de rentabilidad no afecta a todos por igual: los más perjudicados son las empresas familiares, que tienen dos o tres barcos pequeños, de los tradicionales rojos o amarillos. Los barcos más grandes se adaptan mejor, por motivos de escala. Y, muchas veces, esos barcos están integrados con plantas frigoríficas y de envasado.

Trueba, por su parte, señala que “este dólar afecta seriamente los ingresos”, ya que una parte importante del salario del pescador es el plus por productividad, expresado en dólares, que también sufre retraso. “El noventa por ciento de lo que se pesca se exporta, porque la Argentina sigue siendo carnívora. Y el pescado argentino ahora está caro para el resto del mundo”, dice. 

 

La merluza se paga un poco por encima de los 20 centavos de dólar el kilo. Pero la industria se moderniza: ahora le surgió una competencia china, un tipo de merluza de criadero que llaman “pangazo”, mucho más accesible para los mercados que buscan proteínas baratas.

Esa es la clase de discusión que los sindicatos esperan tener con las cámaras, la del rumbo estratégico que permita preservar la industria. “Nuestro convenio es de 1975, con un laudo de actualización en 2020. Nosotros estamos dispuestos a rediscutir todo, ya manifestamos nuestra voluntad. Por eso, la respuesta no puede ser el ajuste, cortar por lo más delgado”.  

Modelo productivo

 

Otro conocedor del sector es el diputado por la quinta sección electoral Gustavo Pulti, intendente de General Pueyrredón entre 2007 y 2015, y actualmente preside la comisión de Puertos, Asuntos Marítimos y Fluviales de dicho cuerpo legislativo. 

Consultado por Buenos Aires/12, expresó su preocupación al respecto, pero también expuso la posibilidad de un camino de articulación intersectorial, más allá de la pesca, en defensa de la producción.

"Mar del Plata, la Costa Atlántica y la Provincia de Buenos Aires están en el mismo país que Coronel Suárez, donde la empresa Dass que fabrica calzados para marcas internacionales despidió 360 personas. En el mismo país que Llavallol, donde Dánica despidió 150 trabajadores y trabajadoras. Están en la misma Argentina en la que la construcción cayó 28.5 por ciento durante 2024, respecto de 2023, en promedio anual; la industria manufacturera el 10.7, la automotriz el 11.9 y la metalmecánica el 18.5 por ciento", ejemplifica. 

 

Para el diputado, "es imprescindible que el conjunto de las actividades productivas de Mar del Plata y de la provincia, así como el entramado empresarial y laboral relacionado con los servicios turísticos, se puedan proteger frente a la orientación de la política económica para que la lluvia ácida del modelo no nos vuelva a arrojar, por ejemplo, a indicadores de desempleo del 24,5 por ciento como tuvimos a la salida de la convertibilidad".

"Juntos debemos impulsar foros de defensa del trabajo y las empresas, donde los sectores puedan volcar su experiencia actual de economía libertaria. Sólo así podremos evitar  mayores daños en el entramado social, laboral y productivo. El monitoreo sistemático en base a estadísticas transparentes, la evaluación de las tendencias objetivas de la economía, reflejando sus principales indicadores de manera científica, pueden permitir un diálogo diferente entre los sectores y los representantes públicos. A la inversa, el aislamiento y la peripecia individual de cada sector impiden crear un dique de contención en tiempo oportuno para evitar males mayores", concluye.

 

 

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