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31 de enero de 2023

Cómo hacer de la comunicación cannábica una carrera con gran futuro

Impensado hace apenas un par de años, el cannabis es hoy un nicho a explotar no sólo industrialmente sino desde el periodismo, las redes sociales e incluso el mundo editorial. Cinco referentes de Latinoamérica cuentan su experiencia.

  l cannabis es un poco como el fútbol: mucha gente ignora sus complejidades pensando a simple vista que sólo es fuente de alegría y entretenimiento, así como de problemas, y no se termina de entender porqué tanto revuelo al respecto.

Pero también es economía, es sociedad, es política, es antropología y es industria. Y como tal, merece un periodismo especializado que se ocupe del asunto serio y multidimensional que es, desde diferentes ángulos y teniendo en cuenta el contexto particular de cada país, sus regulaciones y antecedentes.

Todas estas personas vienen de profesiones muy diferentes, tienen trabajos muy diferentes y pertenecen a diferentes países latinoamericanos. Pero todas tienen en común haber construído una carrera escribiendo sobre cannabis (o marihuana, o porro).
Y sus ejemplos de vida lo prueban: ser fumón no es lo mismo que ser vago, y comunicar sobre cannabis es cosa seria.
 

Javier Hasse

“No me resulta atípico que la gente en general recién se esté desayunando que el periodismo cannábico es viable como una carrera seria”, cuenta el escritor y CEO de El Planteo, Javier Hasse. “Ni el fin de tu carrera ni el fin del respeto que podés recibir de la comunidad periodística en general”. Aunque, reconoce, en otra época seguro lo fue.

Hasse tiene 33 años y hace diez que está en la comunicación cannábica. Comenzó escribiendo para medios estadounidenses que se enfocaban en finanzas. La primera vez que le pidieron un artículo sobre cannabis fue en el año 2013; consistía en hacer una review y recomendar acciones relacionadas con la industria del cannabis y ningún periodista la quería firmar. A Javier le entusiasmó la propuesta: combinaba lo que sabía hacer (escribir sobre finanzas) con algo que le encantaba (la marihuana). A partir de ese momento no dejaron de llegarle propuestas de empresas del mundo cannábico buscando difusión. “Al cabo de dos o tres años ya era mi trabajo full time”, cuenta. Era claramente un nicho a explotar.

En aquel entonces había mucha gente haciendo cosas serias e interesantes en el mundo del cannabis pero no se estilaba contar sus historias. O quienes lo hacían, dice, “no podían evitar ese tema jocoso, lo que yo llamo el factor risita: no podían sacar una nota de cannabis, por más serio que fuera, sin hacer algún tipo de chiste, sin que los subtítulos sean todos juegos de palabras”. Faltaba alguien para cubrir el tema con seriedad, de forma consistente y constante.

Interesados por su agenda, así fue como lo convocaron de la editorial Entrepreneur en 2017 para escribir y nació “Start Your Own Cannabis Business: Your Step by Step Guide to the Marijuana Industry” (“Comience su propio negocio de cannabis: su guía paso a paso para la industria de la marihuana”), un libro con 100 fuentes que explican cómo lograron formar un negocio exitoso en cannabis.

¿Resultado? Un best seller que disparó la carrera de Hasse. “De repente aviones y hoteles para ir a hablar de porro a algún lado con traje y corbata. Medio un oxímoron pero bienvenido sea”, se ríe.

Su carrera empezó desde Argentina para el extranjero, principalmente porque en ese entonces los negocios y las finanzas cannábicas no eran temáticas que tuviera sentido cubrir acá. Por eso

El Planteo, que como idea existe desde 2017

, se hizo esperar. El medio del que Hasse es CEO al final tuvo su lanzamiento en el 2020, justo al inicio de la pandemia. “Lo que hace especial a El Planteo es que tiene mucho foco en la industria y los negocios pero a la vez lo que más atención genera es el contenido cultural, enfocado en educación y entretenimiento”, cuenta el periodista.

Hasse no identifica ningún tipo de censura para el periodismo que hace pero sí en redes sociales; sin ir más lejos, la cuenta de Instagram de El Planteo fue baneada varias veces. “Los gobiernos están interesados en las temáticas y vivimos en un país democrático donde se valora la libertad de prensa. En el caso de las empresas privadas al fin y al cabo son empresas. No tienen el mismo nivel de obligación para la población y tienen sus propias políticas”, reflexiona.

En lo periodístico, imagina que el nicho se va a abrir y que “periodismo cannábico” ya no va a ser cosa de unos pocos sino que diversos especialistas desde diferentes ángulos abarcarán temáticas cannábicas como abarcan muchas otras.
 

Martín Armada

Editor general de Revista THC y miembro de la organización de Expo Cannabis Argentina, Martín Armada también es docente de literatura y poeta.

La revista es pionera indiscutida en la materia en el país, cuando apareció, 16 años atrás, el público estaba muchísimo menos preparado que ahora. ”Queríamos que la sociedad argentina cambiara su mirada sobre el cannabis y que la gente tuviera información para poder cultivar. Mirando lo que está pasando hoy, nos sentimos sumamente felices de haber asumido ese compromiso”, afirma.
 

El mero hecho de existir THC

como medio impreso ya era un acto de valentía y también un riesgo. En 2006 todavía ni siquiera había salido el Fallo Arriola -que en 2009 declaró inconstitucional la penalización de la tenencia para consumo personal- y recibieron varios intentos de denuncias penales que se cayeron por falta de sustento. “Quisieron imponer que THC saliera en una funda negra, como las revistas porno -cuenta Armada-. Pero no lo lograron y la revista sigue llegando mes a mes, con sus tapas llenas de cogollos o con celebridades, a todos los kioscos.

En la revista, afirma, cubren al asunto cannábico desde todas las ópticas posibles, incluso ópticas que a veces parecen contradecirse entre sí. “Desde todo lo que respecta al proceso regulatorio que atraviesa Argentina y la región, hasta los últimos desarrollos tecnológicos, las tendencias culturales, la actualidad política y, como siempre, trabajamos mucho con el cultivo. Es un fenómeno en permanente transición, signado por un gris legal, lo que habilita que convivan temas que en principio parecen corresponder a realidades diferentes: podés encontrar un emprendimiento innovador en el mismo contexto en el que se produce un allanamiento sin orden judicial”.

Sobre el futuro del periodismo cannábico, Armada divisa las mismas complicaciones que sobre cualquier tipo de periodismo. “Entiendo que el periodismo cannábico está atravesado por las mismas contradicciones que el periodismo no especializado. En ese sentido, su evolución va a depender de cómo se lidia con ese escenario particular, de cómo establece los límites entre información y entretenimiento. Estamos en un momento donde tanto las tensiones como las posibilidades son múltiples”.

El editor cuenta que la clave en su caso no fue ver al periodismo cannábico como una carrera sino como un rol social hacia una sociedad más justa y motivado por mejorar la calidad de vida de las personas: “En nuestro caso, sentimos que evolucionamos si mantenemos ese espíritu a través de tiempo, sin olvidarnos de dónde venimos ni hacia dónde queremos ir. Que, de base, es hacia una vida compartida con mayor respeto y libertad”.

Pascual está muy presente en twitter donde publica regularmente sobre temas relacionados, y gran parte de sus seguidores son personas que trabajan en el sector.

Alfredo Pascual

Uruguayo radicado en Alemania, Pascual ya no ejerce como periodista sino como analista para un fondo de inversión especializado en cannabis. Sin embargo, en el ambiente es conocido principalmente por sus reportes sobre el desarrollo de la industria y las regulaciones en diferentes partes del globo para el medio estadounidense MJBizDaily, cubriendo principalmente los casos de Europa y Latinoamérica.

Pascual estudió Administración de Empresas en Uruguay y luego hizo un posgrado en Políticas Públicas en el país donde vive actualmente. “En 2016 conecté los puntos: Administración de Empresas y Políticas Públicas con enfoque en políticas de drogas. Estaba bueno trabajar en algo relacionado con ambas facetas”, dice.

En ese año Alemania estaba por modificar su regulación sobre el acceso al cannabis medicinal: era el momento perfecto para que alguien se ocupase de trackear empresas extranjeras a las que pudiera interesarle exportar..
 

Luego llegó el periodismo

. “Allá por 2018 era bastante disparatado que toda la información que había sobre la industria no provenía de fuentes independientes. Las empresas que empezaban a cotizar en bolsa tenían un incentivo muy grande para entusiasmar a los inversores y hacían bastante ruido. Me di cuenta de que en aquel momento estaba faltando información que fuera realmente útil para empresarios y emprendedores: data concreta e independiente”.

“Si sos CEO poco sirve saber que la industria va a ser grande en diez años; querés saber cuáles son las regulaciones y cuáles son los mercados”, continúa. Y ese fue el rol que ocupó en MJBizDaily. En ese entonces no tenía formación periodística pero sí conocía el sector desde adentro. Al principio pensó que sería un trabajo freelance, pero en 2018 comenzó a hacerlo de manera exclusiva.

“Cuando quise cambiar de trabajo tuve varias propuestas de empresas que operan en la supply chain (cadena de suministros) pero me interesaba tener un perfil más externo que trabajar directamente con un operador; entonces se me dio la oportunidad de trabajar en este fondo que invierte en varias empresas”, describe.

Su rol consiste en buscar oportunidades de inversión, analizarlas y recomendar o no dichas inversiones, y, de concretarse, hacer el acompañamiento. “Apoyo de manera externa con temas estratégicos, análisis de mercado, conexiones, etcétera. Ese es mi trabajo”. Hoy no se dedica solamente al cannabis dentro del fondo de inversión, sólo el 40%.

Santiago Tarditi se reconoce como un consumidor de hace años.

Santiago Tarditi

El suyo es un perfil atípico. Nació en Colombia pero vivió en Estados Unidos, Italia, Inglaterra, Alemania y actualmente en México. Estudió Ciencias Políticas, es estratega editorial y activista ambiental.

Siempre explorando las zonas entre el lifestyle, el arte, la sostenibilidad y la ecología, Tarditi publicó varios libros, entre ellos “The Monocle Guide to Better Living”; “The Essence: Discovering the World of Scent”, “Perfume, Fragrance; y “High on Design: The New Cannabis Culture”. Sus artículos han aparecido en Architectural Digest, Suitcase, Boat Mag, Departures, Surface, Leafly, HERB, Different Leaf, y El País de España, por nombrar algunos.

Fue la publicación de “High on Design: The New Cannabis Culture”, libro que propuso a la editorial alemana Gestalten tres años atrás, lo que lo llevó a escribir sobre cannabis en medios internacionales como Leafly, Different Leaf, y HERB, donde también trabajó como Managing Editor. El libro es una exploración sobre los códigos visuales y la evolución del diseño en torno al cannabis, desde sus objetos de parafernalia hasta estampas y diseño gráfico, incluyendo investigación exhaustiva sobre el branding y la estética de  diversas marcas y personalidades de la industria.

“High on Design fue mi primera publicación oficial. Al principio los editores no entendían porqué destinarían sus esfuerzos a un libro sobre cannabis, pero una vez les mostré las marcas y personas que quería reseñar, vieron un inmenso valor para sus lectores, apasionados por el diseño, y decidieron publicarlo”, cuenta Tarditti. El libro fue un éxito y le dio un nuevo enfoque a su carrera no sólo como comunicador sino ahora también como empresario.

Es cofundador de Intu, una empresa de CBD que utiliza cáñamo sin pesticidas, y de Casa Earth, una plataforma que promueve la vida lenta y consciente. Santiago es consumidor desde siempre y el cannabis es una parte fundamental de su estilo de vida muy anclado a la conexión con la naturaleza, la alimentación consciente, el yoga y la espiritualidad.

“En mi adolescencia la usaba de manera recreativa, pero con el paso de los años empecé a valorarla más por sus efectos curativos (me sanó de un dolor del nervio ciático y me ayuda con el insomnio). Desde hace dos o tres años la vengo consumiendo como sacramento que facilita las conexiones metafísicas/místicas”, cuenta.

Su interés por la planta nace de un lugar mucho más profundo y así se toma la tarea. Porque antes que escritor cannábico fue porrero y es consciente de que como comunicador tiene que pronunciarse contra las injusticias que todavía se perpetúan. Santiago habla de “activismo periodístico”:

“Hay que reconocer que fumarse un porro y subir una foto a redes sociales requiere de un cierto privilegio, aún en mercados donde se ha legalizado. El estigma que debe romperse aplica para todos los consumidores del mundo y no debería beneficiar a uno u otro. Hay mucho racismo y clasismo que aún debe ser tratado –dice-. Pero el tema más profundo es la insensible y ridícula Guerra Contra las Drogas; no es posible que miles de vidas se pierdan y millones de personas se vean afectadas mientras tiramos billones de dólares en perseguir a quienes la crecen y consumen. No podemos fumarnos un porro tranquilos mientras haya personas en la cárcel por habérselos fumado”.
 

Muy Paola

Paola escribe, es creadora de contenido y una de las grandes referentes de la comunicación cannábica de Chile por su página

Santiago Verde

, que existe desde 2015. Cuando empezó era un blog de fotos, que reposteaba imágenes de plantas de cannabis de diversos cultivadores. Venía de una agencia de contenido digital que trabajaba con marcas muy grandes en la que era creativa y guionista.

MuyPaola difunde sus contenidos principalmente por

Instagram

. La censura es un tema, aunque después de años ella le encontró la vuelta. “Estoy siempre atenta a porqué censuran a otras personas”, revela. La primera vez que le desactivaron la cuenta eso no era algo tan común, no conocía precedentes y se le vino el mundo abajo. “En ese entonces todavía había que convencer a la gente de que las redes sociales eran un trabajo. Eso cambió mi perspectiva sobre Internet, que dejó de ser un espacio seguro”, cuenta.

Paola no se considera periodista. Sin embargo, hay varias entradas que llevan su nombre dentro de Santiago Verde; en su mayoría son notas de opinión o crónicas en primera persona, en muchos casos sobre el consumo de nuevas sustancias. Y, en términos de escritura, tiene ganas de seguir por ese camino.

Le interesa la experiencia en primera persona para, precisamente, poder ofrecer información fehaciente que aporte a la reducción de daños; todo disparado por el mal viaje que padeció la primera vez que consumió hongos. “Con el tiempo entendí que había que darle otro enfoque al tema de drogas, porque si no hablamos de cómo se consumen, ¿cómo voy a saber cuántos hongos tengo que consumir para mi peso? No hay fuentes oficiales”.Para el futuro próximo quiere escribir una crónica sobre su experiencia con el DMT.

El trabajo de Paola es similar al de un influencer, y en ese sentido reconoce que las diferentes legislaciones y la cualidad de nicho reducen el trabajo a algo muy local. “Lo que pasa con los nichos es que uno vive bien pero no necesariamente explota en un mainstream redituable”, cuenta Paola. “Por ejemplo, las chicas que hacen skincare (cuidado de la piel) trabajan con marcas trasnacionales. Si yo quisiera hacer una acción con fertilizantes, ya pasar un fertilizante a otro país es difícil”.

Desde Santiago Verde participan de todas las convocatorias. Son los encargados de levantar mensajes oficiales relevantes para la comunidad cannábica, organizar convocatorias a marchas. Una vez armaron un Cabildo de Cannabis, entre 500 y 600 personas. Convocaron desde Santiago Verde y las marcas que adhirieron pusieron su logo. “Yo lo necesito para vivir tranquila”, concluye Paola.
 

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