INTERNACIONALES
17 de noviembre de 2025
Jeannette Jara, la candidata que busca frenar a la derecha en Chile

La exministra del Trabajo llega al balotaje con origen popular y una historia que conecta con el Chile real.
El avance de la candidata Jeannette Jara a la segunda vuelta dejó un aire extraño en la elección chilena: alivio por haber ganado la primera batalla y vértigo por lo que viene. Con el 26,83% de los votos, la exministra superó por poco a José Antonio Kast, el rostro más duro de la derecha. Pero más allá de los números, lo que estuvo presente en la noche electoral fue su historia, esa que muchos chilenos reconocen como propia.
Jeannette Jara nació en Conchalí, un barrio donde el trabajo y la solidaridad valen más que cualquier diploma. Hija de una empleada doméstica y de un mecánico, fue la mayor de cinco hermanos y creció haciendo malabares entre los estudios, el trabajo y las cuentas que no siempre cerraban.

Jara con su familia Jara junto a sus padres y hermanos, la red afectiva que la sostuvo en los años más duros y marcó su vocación social. (Redes Sociales)
Cuando habla de esos años, lo hace sin épica y sin victimismo: simplemente cuenta cómo se sale adelante cuando no hay más opción que resistir.
Militante del Partido Comunista desde los 14 años, Jara es una figura atípica dentro de su propia fuerza. “Ella es más reformista, con un discurso aggiornado”, sostuvo a Página/12 Ignacio Vera Brito, periodista político chileno.

jennette en la escuela Jara, en sus años de estudiante en Conchalí, cuando combinaba clases, trabajo y militancia en plena transición democrática. (Redes Sociales)
“Jara tuvo peleas públicas con la dirigencia de su partido. Algunos creen que esas tensiones fueron exageradas para mostrarla como una candidata moderada, pero lo cierto es que existen diferencias reales. De hecho, se ha llegado a decir que el PC no está del todo cómodo con la idea de que ella gane”, agregó.

Jara con Boric Boric, acompañado por su hija Violeta, comparte un gesto cómplice con Jara, en una escena que refuerza el vínculo político y humano entre ambos. (Redes Sociales)
Dirigente estudiantil en los 90, sindicalista en el Servicio de Impuestos Internos, subsecretaria con Bachelet y ministra con Boric, construyó su carrera sin padrinos ni atajos.
Abogada, administradora pública y madre de un joven, Jara no es solo una candidata, es una prueba de que la política todavía puede parecerse a la gente.
Un tono cercano en tiempos de desconfianza
Mientras Kast alimenta el miedo y promete mano dura, Jara busca otro camino. No niega los problemas -inseguridad, inflación, migración descontrolada-, pero los aborda desde una idea más simple. Ella considera que “la vida se arregla con derechos, no con amenazas”.
Tras la primera vuelta, pidió no dejar que “el miedo congele los corazones”. Estaba hablando de política, sí, pero también de ese clima emocional que atraviesa a Chile desde el estallido social.
Con las encuestas en contra y la derecha alineada detrás de Kast, Jara necesita seducir a quienes votaron por Franco Parisi, un electorado volátil que quiere soluciones rápidas y un Estado que no les dé la espalda.
La apuesta por un país menos desigual
Su programa combina reformas ya probadas -pensiones, 40 horas, salario mínimo- con medidas nuevas que buscan alivio como el ingreso vital de 800 dólares, reducción del costo de la energía, apoyo a pequeñas empresas, un plan para frenar al crimen organizado siguiendo la ruta del dinero y una regularización migratoria acotada pero realista.
Jara no promete revoluciones. Promete algo más simple y más difícil: que la vida cotidiana duela menos. En un Chile cansado de los extremos, esa cercanía puede terminar pesando más que cualquier eslogan.
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