Un día como hoy, pero de 1961, el Presidente Arturo Frondizi puso en marcha un plan de renovación de buques mercantes a través del decreto Nº 7.992. La normativa se centró en incrementar el número de unidades y fomentar el desarrollo de otras industrias dependientes, como la del hierro y el acero. Asimismo, fortalecía el rol del Estado en el comercio marítimo, alineándose con las políticas de desarrollo industrial de la época.

La medida marcó un antes y un después en la industria naval de nuestro país. Gracias a los astilleros nacionales, como Río Santiago y los talleres de la Base Naval Puerto Belgrano, se logró aumentar significativamente el número de buques de la Flota mercante y de guerra. Este trabajo, iniciado en 1934 con la construcción de buques para la Armada, posicionó a la Argentina como un referente en el continente.

Además, la creación de la Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA) y otros organismos, como los Astilleros y Fábricas Navales del Estado (AFNE), consolidaron la capacidad productiva nacional.

En conmemoración del decreto impulsado por Frondizi, y respondiendo a la iniciativa de la Federación de la Industria Naval Argentina, el Poder Ejecutivo Nacional declaró al 12 de septiembre como “Día de la Industria Naval”.

El Plan Esteverena: un impulso decisivo

Bajo la presidencia del Contraalmirante Horacio Esteverena, ELMA jugó un papel determinante en la década de 1960. El oficial de la Armada estuvo a cargo de diagramar un plan de dos fases: la primera, a desarrollarse entre 1961 y 1964, preveía el encargo de buques al exterior. La segunda, a concretarse entre 1965 y 1970, apuntaba a fabricar nuevas Unidades exclusivamente en astilleros nacionales.

Este plan, bautizado con el nombre de su impulsor, contribuyó notablemente a sentar las bases políticas para el crecimiento de la industria naval en nuestro país.

Bajo el liderazgo de Esteverena, ELMA llegó a contar con 58 unidades en 1961, marcando un hito en la historia del transporte marítimo argentino por su visión estratégica de largo plazo para el desarrollo del sector.

Impacto y legado

A lo largo de las décadas siguientes, la industria naval argentina enfrentó numerosos desafíos y altibajos. Sin embargo, el espíritu de fortalecimiento del sector, plasmado en el decreto Nº 7.992, persistió como ideal a alcanzar.

En un contexto mundial de constantes cambios, contar con una industria naval robusta y competitiva resultará imprescindible para consolidar el crecimiento sostenido de nuestro país.

En la actualidad, la Armada Argentina continúa promoviendo proyectos que abarcan la modernización y construcción de Unidades en el país, buscando mantener los niveles de alistamiento adecuados para cumplir con su misión principal y tareas secundarias.

En los últimos años se destacan la botadura de diferentes unidades, entre ellas la lancha hidrográfica ARA “Petrel”, fabricada por el astillero Tandanor, para el relevamiento hidrográfico sobre el Río de la Plata y el Mar Argentino.

También resaltan las nuevas Lanchas de Instrucción para Cadetes (LICA), construidas en Río Santiago, con el objetivo de adiestrar a los cadetes en las últimas tecnologías y técnicas de navegación.

Por su parte, la Base Naval Puerto Belgrano, con sus diques de carena y talleres especializados, cumplen un rol clave en la reparación de barcos, tanto de la Armada Argentina como de la Marina Mercante. En este sentido, la renovación de la compuerta flotante para el dique N°2 del Arsenal Naval Puerto Belgrano, amplió notablemente sus prestaciones, facilitándole la operación con buques de mayor porte.